martes, 19 de noviembre de 2019

UN CAMINO VIOLENTADO



EN BUCARAMNAGA LAS VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO EXIGEN LA REPARACIÓN DE SUS DERECHOS


La Unidad para la Atención y reparación de las víctimas tiene el reto hasta el año 2021 indemnizar a todos los afectados del conflicto armado en los aspectos económicos, sociales y políticos; por esta razón, se han logrado ayudar con 5´300.000´000.000 millones de pesos.


Bucaramanga es una de las principales ciudades que tiene la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las víctimas del conflicto armado, con el objetivo de ayudar a los miles de afectados que llegan de varios corregimientos de Norte de Santander, Nariño, Antioquía que son azotados por los movimientos insurgentes. Sin embargo, estas ayudas no han sido suficiente para mejorar la calidad de vida de aquellos que han sido despojados por una guerra de más de 50 años; por esta razón, la fundación Jesús de Nazaret y sus líderes de paz tiene el objetivo de pedir ayudas a entidades privadas, entes internacionales y la colaboración de la ciudadanía para brindar un cambio social en medio de la guerra.



Las víctimas que son ayudadas por la fundación manifiestan que el Gobierno se demora mucho en ayudarlos y nos les tienen en cuenta que viven en condiciones de pobreza absoluta; es decir, sin comida, sin un lugar donde dormir, sin servicios de salud y si no fuera por la Casa Jesús de Nazaret estarían viviendo en la calle.


Justificación del Estado Frente a los reclamos de las víctimas del conflicto armado

Martha Lizcano, Directora de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las víctimas, menciona que en Santander se indemnizaron por 300 mil millones de pesos en 25 a 30 mil víctimas; y hace poco en la ciudad de Bucaramanga la Unidad de víctimas entregó 600 cartas de indemnización que suman 5.000 mil millones de pesos. Esto se ha logrado gracias a la logística territorial ya que actualmente la Unidad de Víctimas están en varios puntos que son: Bucaramanga, Floridablanca, Piedecuesta, Málaga, San Gil y Barbosa con el fin de brindar ayuda humanitaria inmediata.


Pero, realmente lo que viven los desplazados de la violencia deben pasa tienen por diligencias  agotadoras ya que los entes gubernamentales les exigen varios procesos de declaración para recibir los beneficios de víctimas del conflicto armado y esto puede tardar días, meses hasta años y no les tienen en cuenta las situaciones críticas en las que llegan, ya que están sin dinero, sin servicios médicos y no tienen la capacidad de mantener a sus familias; por eso terminan viviendo de limosnas o la solidaridad de las personas. No obstante, el Gobierno se cubre con el argumento que tiene un plazo hasta el 2021 para restaurar sus derechos vulnerados, así lo manifiesta:


Franceli Arciniegas trabajadora social y líder del Centro de Atención de Víctimas del conflicto armado, menciona que las víctimas tienen que acudir al Ministerio público o la Alcaldía de Bucaramanga para rectificar que son poblaciones vulnerables por los movimientos insurgentes, una vez que son confirmados, el Centro de Atención tiene la obligación de entregar un auxilio económica, dependiendo del núcleo familiar, estas ayudas se hacen con un tiempo de un mes o dos meses.


Además, la Líder del Cetro Atención de Víctimas(CAIL) aclara que a partir de la ley 1448 aquella que cubre en aspectos económicos a las víctimas del conflicto armado; sin embargo, no establece que los municipios deban tener por obligación alojos para las víctimas del conflicto armado; es por esta razón, que solo se les está ayudando con los aspectos económicos, sociales y políticos para superar las situaciones de violencia y despojo.


Líderes de paz que luchan por los derechos vulnerados
Sin embargo, en Bucaramanga- Santander hay una fundación que está ubicada en centro de la ciudad, donde reciben a las personas que han vivido la violencia, y no han tenido las ayudas necesarias de los entes gubernamentales.


Así lo afirma Fernando Gonzáles que hace parte de los fundadores de Jesús de Nazaret, esta institución inició hace 22 años con el propósito de ayudar a las víctimas de conflicto armado en Bucaramanga-Santander, en sus primeros años era una entidad pública en la cual el estado estaba encargado de los aspectos económicos, políticos y sociales de esta población, pero, estas ayudas disminuyeron, por este motivo, la Fundación decidió pedir donaciones a los entes internacionales y a la ciudadanía.


Por otro lado, Yolanda Gonzáles, otra líder de paz en la casa Jesús Nazaret mencionó que reciben personas provenientes de los departamentos: Norte de Santander, Sur de Bolívar, Sur del Cesar, Catatumbo, Arauca y Sarabena; es por este motivo que ellos están encargados de ayudar a personas campesinas víctimas del conflicto armado, esta población se divide: niños, jóvenes, adultos, personas de tercera edad y afectados por minas antipersonas que sufren por tener una prótesis. 


“Vivimos un calvario” víctimas del conflicto armado


Esta realidad se refleja en dos víctimas que fueron afectados por minas antipersonas, que narran las dificultades a la hora de pedir ayudas a los entes gubernamentales y se encuentran en la Fundación con la esperanza de mejorar su calidad de vida. En primera instancia, está Javier Pallares, quien  fue víctima de una mina antipersona, en Norte de Santander hace veinte años, Pallares relató que era una tarde de trabajo en la finca de su familia, cuando visualizó un cilindro cerca de una reja, se acercó para saber qué era y lo agarró, en esos instantes se activó el artefacto, destrozándole sus brazos y una parte de su ojo derecho; este hecho le dio un giro a su vida ya que la restauración de sus derechos por parte de las entes no fueron eficientes, por este  motivo que tuvo que poner varias tutelas para ser indemnizado, este proceso duró casi más de 10 años.

Desde esta instancia Javier está la Fundación Jesús de Nazaret como un voluntario social que acompaña el proceso de las personas que están su misma situación.


Además, Pallares menciona “que para el Gobierno el conflicto armado con las FARC se terminó lo cual es una mentira porque la paz que implementaron en los acuerdos es algo falso ya que desconocen los problemas sociales que estamos viviendo a raíz de la violencia y resulta que al pedir una prótesis al Gobierno nos manda a las EPS, y estas entidades de salud no nos responde y a lo último toca demandar para recibir una prótesis, lamentablemente esta es la situación que nosotros las víctimas de minas estamos pasando”


Otro caso es el del Señor José Alberto Ordoñez quien fue víctima de una mina antipersona, en Norte de Santander- Cáchira, esto sucedió en el año 2001, cuando Ordoñez se baja de su camión a cargar un ganado y piso un artefacto que le causó la pérdida de su pierna; el proceso desde ese momento fue complicado porque para tener la prótesis fue por medio de la fundación Jesús de Nazaret y la Cruz Roja Internacional; sin embargo, con el tiempo se le dañó varias veces  y no volvió a tener más esas ayudas por ninguna ente internacional y menos la gubernamental.


El Señor Alberto, reiteró que en el 2017 pasado la Unidad para la atención y Reparación Integral a las Víctima le prometió la indemnización de la pierna ya que solo le dieron un beneficio económico por ser desplazado; pero no se la han entregado esta ayuda y ya lleva seis meses sin prótesis y esto lo ha perjudicado ya que no ha podido trabajar para sostener su familia.


Sin embargo, Bejamin Capacho Profesional Integral de la Unidad para Atención de las víctimas en Santander, manifiesta que el registro actual tiene 8´600.000 mil víctimas de las cuales son sujetas de reparación, cerca de 7 millones y medio, lo cual faltaría indemnizar 6.800 mil víctimas de acuerdo a las cifras que maneja la entidad y esto le puede costar al Estado cerca de 37 billones de pesos y tienen un plazo hasta 2021.


 Finalmente, más de 8.367.777 millones de víctimas del conflicto armado hay Colombia que están en proceso de recibir las ayudas del Estado. Sin embargo, en, es decir en Bucaramanga específicamente no se tiene el registro ya que la Unidad de Víctima registran las víctimas a nivel global tenido que esperar meses y años para ser restaurados sus derechos vulnerados y ellos manifiestan que cada día son más olvidados por la sociedad y el Gobierno.